El origen de la práctica tiene sus antecedentes en el año 2022, cuando el equipo de gestión del establecimiento establece como una necesidad contar con un espacio para que las y los docentes, de ambas jornadas, se reunieran a trabajar y sostener diálogos pedagógicos en torno a la mejora de los aprendizajes de las y los estudiantes, entendiéndose como una misma escuela. En este contexto, surge la buena práctica que consiste en que el equipo directivo impulsa la creación de dos Comunidades de Aprendizaje Profesional (CAP) divididos en 2 grupos de trabajo, generando una estructura de trabajo y ciclos de reuniones que promueven la colaboración efectiva y la mejora continua de las mismas. El objetivo de esta buena práctica es conformar una CAP que genere visión compartida y tenga por objetivo la mejora de los aprendizajes de los y las estudiantes de la escuela.

Para cumplir con este objetivo, el director y jefe de la Unidad Técnico-Pedagógica (UTP) lideran la implementación de la CAP velando por, lo que Raquel Diaz (2024) considera, los cuatro factores fundamentales para que éstas sostengan una colaboración efectiva. A continuación, se mencionan:

1.- Estructura.

2.- Condiciones.

3.- Contenido.

4.- Proceso.