En esta nota técnica nos proponemos analizar críticamente distintas formas en que se generan espacios para la participación estudiantil, al tomar decisiones que guían el quehacer educativo al interior de las comunidades escolares. Ofrecemos algunas reflexiones acerca del tipo de relaciones que se dan en la escuela entre personas adultas y estudiantes, y cómo estas relaciones enmarcan las posibilidades de incorporar la voz de los y las estudiantes en la toma de decisiones que les afectan. Proponemos algunas formas en que las y los estudiantes pueden participar del proceso de toma de decisiones en la vida escolar, y algunas condiciones para que estos espacios de participación puedan pensarse y generarse en la escuela, de manera que signifiquen una auténtica redistribución de poder.

En este texto nos enfocaremos en tres áreas de la vida escolar en las que puede ocurrir participación de estudiantes: La convivencia en la escuela, el currículum y la gestión escolar. La discusión de la participación de estudiantes en estos dominios se nutre de consideraciones teóricas tomadas de marcos conceptuales asociados a la pedagogía crítica (Freire, 1969; 1974; 1975; 1993) y el liderazgo democrático (Díaz y García, 2018; Murillo, 2016; Noffke, 1995). También, incorporamos lo aprendido por el equipo de trabajo del que somos parte en el Centro de Liderazgo Educativo de la Universidad de Magallanes, parte de C Líder: Centro Asociativo para el Liderazgo Educacional, durante el trabajo que hemos realizado con trabajadores y trabajadoras de la educación (Lira et al., 2021; Lira, 2022; Saldivia et al., 2019) y nuestras propias experiencias como docentes.