“Líderes que acompañan y potencian el desarrollo profesional docente: La mentoría pedagógica”, columna de Valentina Romeu, Directora del proyecto Mentoría Pedagógica del Programa de Liderazgo Educativo UDP

Julio 1, 2024
Categorías: Columna

Fuente: Newsletter Liderazgo Educativo UDP 

C Líder, a través de Liderazgo de la UDP, ha desarrollado un programa de mentoría pedagógica que se ha implementado en diversas comunas del país desde el año 2020. Durante este tiempo hemos ido nutriéndolo a partir de los aprendizajes, desafíos y reflexiones que la implementación del programa nos ha mostrado. En esta columna, quisiéramos compartir algunas de estas reflexiones.

Una de las tareas que debemos realizar como líderes escolares, si queremos potenciar el desarrollo profesional del profesorado, es la observación y retroalimentación de la práctica docente. Para esto, podríamos posicionarnos desde distintas perspectivas dependiendo de la finalidad que tengamos; por ejemplo, desde una perspectiva de evaluación del desempeño podríamos entender que observamos para determinar si la práctica docente cumple o no con determinados criterios o estándares que debemos garantizar, evaluando así la competencia profesional. Por otra parte, podríamos posicionarnos desde una perspectiva de acompañamiento y nuestro fin sería observar y retroalimentar la práctica para ayudar al docente a desarrollarse, crecer y mejorar su docencia. ¿Cómo? Para intentar una respuesta a esta compleja pregunta, en esta columna reflexionaremos sobre la segunda perspectiva.

El acompañamiento al desarrollo profesional docente supone comprender profundamente la complejidad de la práctica docente y reflexionar en torno a ella. Por lo tanto, acompañarla para la mejora no es tarea fácil, más aún si la mayoría de las veces homologamos esta tarea con la evaluación del desempeño. Si bien, la evaluación entrega información relevante sobre las prácticas docentes, no necesariamente esto implica la mejora.

Es así como surge entonces una posible respuesta frente al desafío de promover, impulsar y conducir el desarrollo profesional docente: la mentoría pedagógica. Esta herramienta de desarrollo profesional busca la mejora de la práctica pedagógica, a través de la reflexión y toma de conciencia sobre esta, propiciando el establecimiento de un vínculo de confianza entre mentor y mentoreado, fomentando la iniciativa, la autonomía y la responsabilidad sobre el propio aprendizaje profesional al ser el docente mentoreado partícipe activo en el establecimiento de un foco de mejora que compartirá con el mentor y sobre el cual versará el proceso de la mentoría. A su vez, la mentoría potencia el desarrollo profesional no sólo de quienes son mentoreados, sino también de quienes asumen el rol de mentor, ya que estos deben desplegar comportamientos de escucha activa y habilidades socioemocionales necesarias para establecer el clima de confianza que se requiere para implementar la mentoría.

Las y los líderes escolares que utilizan la mentoría, como herramienta de acompañamiento al desarrollo profesional docente, promueven y movilizan en los mentoreados estados mentales de flexibilidad, conciencia, eficacia e interdependencia, a través de la conducción de procesos reflexivos sobre la enseñanza, los que permiten a los docentes, analizar su práctica en conjunto con el mentor y así ampliar la mirada, reconocer y valorar logros como también detectar desafíos y oportunidades de mejora. De esta forma, el acompañamiento a través de la mentoría se convierte en una herramienta poderosa, que incentiva la mejora continua, abriendo posibilidades de cambios sostenibles y autogestionados.

Durante los años de implementación del programa, hemos aprendido sobre la importancia de que la mentoría no sólo sea desarrollada a nivel escuela, sino que también sea una herramienta instalada en el nivel sostenedor (SLEP o DAEM). La experiencia nos ha mostrado que esto último es de vital importancia para asegurar la sostenibilidad, continuidad y proyección de los procesos, y capacidades que sustentan la mentoría como herramienta de desarrollo profesional. Por último, hemos visto también la riqueza que hay en compartir el camino profesional, abrir las puertas de las salas de clases en la confianza de que otros pares puedan ayudar a visualizar aspectos de la práctica que quizás no se han visto y, desde allí, construir en conjunto un camino hacia la mejora.